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Postura y movimiento en tiempos de Tele-Educación

La educación virtual y las limitaciones para disfrutar del juego al aire libre o hacer el deporte al cual estábamos acostumbrados, además del confinamiento que nuestros niños y jóvenes aún deben llevar en casa para no contagiarse del temido COVID-19, vienen condicionando, largas horas de inactividad física y, lamentablemente también, afecciones físicas, por la adopción de posturas y hábitos inadecuados. Ambas condiciones, pueden tener un impacto negativo sobre nuestra salud y sobre todo en el desarrollo integral de nuestros hijos.




En este artículo encontrarán información y una serie de consejos y recomendaciones que los ayudarán a mantener la postura adecuada del cuerpo en los quehaceres cotidianos y fundamentalmente, cómo mantener el cuerpo activo a pesar del confinamiento que aún debemos asumir.

¿Qué problemas nos puede traer mantener una postura por mucho tiempo o adoptar posturas inadecuadas?


Si bien no existe una postura ideal, cualquier postura por muy correcta que sea, puede determinar la aparición de molestias musculares, articulares y hasta circulatorias, si se mantiene por mucho tiempo; ello se vuelve un factor mucho más riesgoso, si las posturas que adoptamos son inadecuadas. Cuidar nuestras posturas nos ayudará a mantener una espalda sana, evitando lesiones y dolor; también ayudará a disminuir la fatiga, aumentar el rendimiento escolar y la concentración; mejorar la digestión, la respiración, y favorecer el descanso, entre otros beneficios.


La clave de una buena postura se basa en la conjunción de dos elementos aparentemente contrarios: sentarse y moverse. Estar sentados nos facilita la concentración, el movimiento nos relaja, por ello la importancia de equilibrar estas actividades.

Nuestro cuerpo fue hecho para moverse y es el movimiento el mejor estímulo para mantenerlo en forma óptima; en ese sentido, es que este año podrán ver a sus hijos periódicamente en el curso de sus clases virtuales, desarrollando actividades de nuestro programa Activation Time, pausas activas enriquecedoras para fomentar la salud física y mental de nuestros estudiantes.



Y ¿Qué hacemos con los más pequeños de la casa?


A pesar de la importancia de aprender a sentarse correctamente desde pequeños, el desconocimiento hace que, para muchos padres, la educación corporal se base en expresiones como: "Siéntate bien”, “no te eches en la mesa”, “¡quédate quieto!", "No pongas los codos en la mesa” o” Si no paras de moverte, ¿cómo te vas a concentrar? ". A pesar de las buenas intenciones de los adultos, estas órdenes son un contrasentido, una incongruencia funcional, anatómica y ergonómica.

Sentarse nos lleva a pensar también, en la importancia de que aquello que está fuera de nuestro cuerpo, se ajuste a la medidas y características de este. La postura adecuada depende de un factor vital: El Mobiliario.



Y atendiendo a las necesidades diversas de nuestros niños, encontramos algunos que se les hace difícil mantenerse sentados 10 minutos seguidos en su clase virtual del día a día. Ello, responde a un mayor requerimiento de input (entrada) sensorial y experiencias desde su cuerpo, por ende, no podemos obligarlos a que permanezcan sentados en la “postura ideal” durante toda su clase o actividad, para ellos probemos con estas opciones:



Y no olvidemos, si buscamos que nuestros niños permanezcan atentos a sus actividades frente a la pantalla, previamente necesitan movimiento. El movimiento es precursor de la atención sostenida.


¡A moverse!


Moverse es esencial para vivir. Los movimientos corporales posibilitan al niño relacionarse con su entorno y a la vez desarrollar su cuerpo, mente y espíritu.


La actividad física estimula el desarrollo del niño de varias maneras, además del fortalecimiento de la respiración; el sistema músculo esquelético y cardiovascular, tiene un impacto significativo sobre nuestro cerebro.


El movimiento fortalece el aprendizaje, mejora la memoria, la atención y aumenta la motivación y la autoestima del niño/a. Actualmente la base de datos MEDLINE muestra más de 33.000 artículos científicos sobre el tema del movimiento (en el juego, en el ejercicio físico…) y el desarrollo cerebral. El cerebelo es la parte del cerebro que procesa el movimiento ¡y se conecta con los procesos de aprendizaje! De hecho, varios investigadores han localizado las vías que van desde el cerebelo hasta las partes del cerebro relacionadas por ejemplo con la memoria, la atención y la percepción espacial. De esto podemos entender que, si el cerebelo procesa el movimiento, todo movimiento va a fortalecerlo (no solo a esta estructura, también a los ganglios basales y el cuerpo calloso, otras partes cerebrales clave, y todas sus conexiones), estableciendo una relación con el aprendizaje tan fuerte que dura toda la vida, no tan solo los primeros años. La inactividad es una amenaza para el desarrollo cognitivo.



¿Y cómo fomentamos el movimiento desde casa?


  • Si contamos con terraza o zona exterior, usemos, bicicleta, scooter, patines, skate.


  • Dentro de casa, dispongamos un ambiente que ayude y favorezca el movimiento, Acondicionemos espacios lo más despejados posible para facilitar la posibilidad de juegos de gateo, arrastre, rodar, saltar sobre pelotas rebotonas, desplazamientos en carretilla de manos, volantines, saltar soga, moverse con hula-hula, jugar guerra de almohadas, jugar con globo, etc.


  • Con juegos de brazos y manos también activamos algunas zonas del cerebro, los clásicos juegos de ritmo a go-go y de palmas ayudan a desarrollar movimientos cruzados y la integración de los hemisferios cerebrales, movimientos muy importantes para aprendizajes complejos como la lectoescritura.


  • Las actividades de cuidado del hogar también implican movimiento, involucremos a nuestros hijos en la medida de sus posibilidades y edad en: el lavado del automóvil de la familia, limpieza de ventanas y espejos, barrer, tender su cama, lavar platos, sacudir muebles, sacar la ropa de la lavadora, clasificarla y doblarla, etc.


  • Hacer ejercicio en casa con la familia, no demanda mucho espacio, probemos con: correr en el mismo lugar, hacer “abdominales”, sentadillas, “planchas”, estocadas, etc. no olvidemos que la actividad física hace que nuestro cerebro segregue betaendorfinas: la hormona de la felicidad, que nos ayudará a regular el estrés y compensar en algo lo que antes podíamos hacer.


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