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La responsabilidad para trabajar la autonomía en nuestros hijos



¿Desde cuándo podemos fomentar

la autonomía en nuestros hijos?


La educación de los hijos debe ser acompañada y guiada con empatía, paciencia y confianza: de

modo que logren ser personas independientes y autónomas, desarrollando estrategias para tomar

decisiones y valerse por sí mismos.


La responsabilidad implica la capacidad de la persona para elegir entre distintas opciones, teniendo

en cuenta las consecuencias que ellas conlleven. Se va adquiriendo en forma progresiva, de acuerdo

a la edad y capacidad de cada niño y adolescentes. Los padres deben guiar, orientar y apoyar en la

toma de decisiones.



Para fomentar la responsabilidad es importante:

  • Enseñar con el ejemplo. Los niños y adolescentes modelan conductas que ven en sus padres, por ello, se debe ser ejemplo ante las responsabilidades.

  • Establecer límites y normas: los límites y normas se deben integrar en la rutina de los niños y adolescentes, entendiendo lo que está permitido y lo que no.

  • Toma de decisiones: se recomienda empezar con acciones pequeñas y mientras van creciendo, se aumenta la complejidad de las mismas: escoger lo que van a vestir entre las opciones que les proponen los padres, elaborar su horario con algunas condiciones básicas brindadas por el adulto, etc. La idea es que sientan que se valida su opinión.

  • Claridad ante lo que se espera de ellos: Los niños y adolescentes deben tener claras cuales son sus responsabilidades, sus deberes y sus derechos en casa.

  • Valerse por sí mismo y enfrentar situaciones: Saber que tienen el apoyo de sus padres para lo que necesiten, pero, también, se debe fortalecer la confianza en ellos mismos para que puedan asumir las responsabilidades sin temor.

  • Tolerancia al fracaso: Deben explorar, correr riesgos y fracasar, así aprenderán de sus caídas y podrán seguir tomando decisiones en otras situaciones.

  • Tareas para realizar: Siempre hay algo que puedan hacer: ordenar sus juguetes, servir la mesa, estar listos para salir, etc. No necesariamente como una responsabilidad sino como un apoyo en casa.

  • Establecer horarios: Diferenciar las rutinas de la semana y fines de semana, tener rutinas para las mañanas, para el tiempo de estudio y actividades de ocio.

  • Acompañar su aprendizaje: Importante poder apoyar en las dudas que puedan surgir, pero se debe evitar realizar las tareas por ellos. Ellos tienen su manera de hacer las cosas y se debe guiar en base a eso.

  • Valorar los esfuerzos: Motivar a los niños y adolescentes a través del refuerzo contante, no necesariamente material. Lo importante es conseguir que se sientan satisfechos por sus esfuerzos.

  • Mostrar apoyo. Saber que tienen el apoyo de sus padres cuando lo necesiten, incentiva y les da seguridad para la exploración.

  • Saber que no cumplir con las responsabilidades tiene una consecuencia.

La autonomía ayuda a los niños y adolescentes a desarrollar su propia personalidad, tener sus propios pensamientos, sentimientos y deseos; tener la capacidad de no depender de los demás para sentirse bien, para aceptarse como son y tener la seguridad de ser capaces de valerse por sí mismos.


La autonomía se debe trabajar en distintos aspectos:

  • Hábitos: alimentación, higiene, salud, aspecto físico. Al adquirir hábitos saludables, los niños y adolescentes aprenden a cuidarse a sí mismos.

  • Interacción social: Al relacionarse con su entorno, aprenden sobre el sentido de la amistad, a ser tolerantes, ser abiertos y tener sus propias opiniones.

  • Desarrollo intelectual: Brindarles herramientas para desarrollar su potencial, como libros, juegos y paseos, lo que fomentará la curiosidad sobre lo aprendido.

  • Actividades de ocio: tener espacios de ocio despierta su creatividad para inventar juegos y actividades, los ayuda en la toma de decisiones al decidir qué jugar y con quien hacerlo.

  • Responsabilidad: Tener actividades que ayuden a desarrollar su responsabilidad, madurez y autonomía. Estas deben aumentar de manera progresiva a su edad.

Para lograr este aprendizaje, es importante abordar estos factores:

  • Relación afectiva: los niños y adolescentes deben sentir seguridad en su entorno cercano, siempre y cuando no sea una sobreprotección.

  • Cuidado atento: observar sus necesidades de seguridad y autonomía para poder acompañarlos.

  • Disciplina consistente: Deben entender que su conducta tiene consecuencias en los demás, espetando límites y aprendiendo a controlar su propio actuar.






Psicóloga Gabriela Mohanna Velásquez

Desarrollo Personal

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